El programa La Escuela de Nadie obedece a dos profundas esperanzas: difundir las clases del maestro Nadie y encontrar al vasto alumnado perdido.
Pero no es necesario que se comprometan del todo con el asunto, pueden simplemente escuchar esta media hora como un cuento.
Porque este programa puede ser una banda de fondo para la película de tu realidad, un chupetín de furia para que el tiempo pase fresco en la ventana, un vestido luminoso para los días que no son de fiesta.
También hay música. Canciones de géneros diversos que se eligen con el único criterio de la conmoción -cachetazos en el alma, cerecitas en la torta de nuestra inquietud- y permiten relajar un poco los oídos (o que estallen de una buena vez).
Y también (acaso lo más importante) hay un buen espacio para las personas que se acercan. Algunas mandan un poema o cuento, una foto o dibujo, un comentario, una crítica, una invitación, un pasaje a donde haya canciones o algo.
En la Nave de los Locos suenan las enseñanzas del maestro Nadie los viernes a las 15:00 (a pedido de una oyente que no los puede escuchar en otro momento –y sucumbe a una rabieta interna cada vez que, a pesar de todas las precauciones, los viernes a las 15:00 algo le impide asistir a la clase de Nadie).
Visitá el , lee poemas, mirá dibujos, bajate las tareas para el hogar... y varias otras buenezas que ofrece este espacio.